Querido Diario

11 de septiembre de 2016

Querido Diario:
Odio los finales abiertos. Sí, los odio. No me importa que la gente diga que es lindo o que promueve la imaginación y creatividad en el público. A mí me decís si se casan o no, si tienen hijos, si murió, o lo que sea. Quiero saberlo todo. Porque si es para promover la imaginación me pongo yo a escribir el guión de la película.
Hoy fui a ver una peli con Matías. Di-vi-na: me tuvo riendo los primeros 30 minutos y llorando los 50 minutos siguientes. Típica película romántica. ¿Pero sabés qué? Terminó y no mostraron si siguen juntos o no! Tantas lágrimas al pedo!
Obvio que salimos y fuimos a comer como todos los aniversarios. Cinco años juntos ya vamos con Mati. ¡Un montón! Siempre vamos a ese restaurante italiano a la esquina de mi casa. Tiene la bandera italiana en la puerta y te atiende Luiggi, un gordito con bigotes y un acento graciosísimo. Sin romper la costumbre nos sentamos contra la ventana y pedimos spagettis. ¿Qué otra cosa se pide en un restaurante italiano sino?
Bueno, pero lo importante de todo esto. Lo que hace que valga la pena que cuente todo lo anterior (porque quiero recordar cómo fue este hermoso día): Mati se levantó, se arrodilló al lado mío y me propuso matrimonio!! Fue exacto como en las pelis. Me emocioné, lloré, me levanté y como no podía ni hablar le dije que sí con la cabeza. Encima toda la gente que estaba en el lugar se paró y
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Me acaban de llamar del hospital, Mati tuvo un accidente…

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